Psicoterapia individual, familiar y de parejas

La psicoterapia es un tratamiento que se basa en el diálogo entre un profesional debidamente capacitado y una persona que busca abordar o resolver problemas personales que por lo general provocan desequilibrios emocionales y contextuales. Como bien es definido por la APA (American Psychological Association revisar), se basa en la relación que se establece entre estas dos personas, en un ambiente de confianza, neutral e imparcial, para trabajar juntos la identificación y cambio de patrones de pensamientos y comportamientos que le impiden sentirse bien.
En el proceso de psicoterapia, los psicólogos aplicarán procedimientos validados científicamente para la generación de hábitos más sanos y saludables, siempre mediado por los objetivos terapéuticos que se tracen en las primeras sesiones. 

La psicoterapia por lo general tiene una duración de entre 8 a 36 sesiones, pudiendo ser mayor o menor dependiendo del problema a tratar. En cuanto al tiempo de las sesiones, la investigación señala que no se puede esperar que la psicoterapia sea eficiente con un tiempo de intervención menor a 30 minutos, siendo lo recomendable sesión de 45 minutos o más (en contextos de una hora semanal). Por este motivo, como centro de atención psicológica, nuestros tiempos, procedimientos y plazos de atención se ajustan a la evidencia y a la necesidad del consultante. Y como nuestro interés base es cuidar la calidad de la atención, no sacrificamos el tiempo brindando atenciones psicoterapéuticas express, muy por el contrario, si es necesario se acomodan los tiempos a la necesidad sin un coste mayor.

¿Cuándo debo considerar una psicoterapia?

Antes de responder la pregunta se deben derribar algunos mitos entorno a la psicoterapia, mitos como por ejemplo: que solo el paciente habla y el psicólogo no interviene; que es para personas débiles o enfermas, que es para locos, que será eterna y pasarán años antes de ver resultados, que los problemas emocionales son voluntarios, por lo que no se necesita ayuda de otros etc. Todos estos mitos se centran en temores y prácticas del pasado siglo, por ejemplo, la evidencia indica que  la mitad de los pacientes que acuden a psicoterapia logran una mejoría en tan solo 8 sesiones y el 75% de los pacientes a los 6 meses. También se sabe que la psicoterapia por sí sola puede ser tanto o más o más efectiva que un tratamiento farmacológico en la mayor parte de los trastornos mentales, siendo ambas en conjunto más efectivas que cada una por separado, excepto cuando se piensa en el largo plazo,es decir, más de 12 meses, en cuyo caso la psicoterapia ha demostrado ser considerablemente más efectiva que la farmacoterapia. Este último punto se logra porque en una psicoterapia el paciente  aprende de sus modos de sentir, actuar y pensar, adquiriendo herramientas que le permiten sobrellevar los impases propios de la vida en un sentido amplio.

En los últimos 30 años se han desarrollado orientaciones psicoterapéuticas que permiten un trabajo colaborativo y activo con el paciente para alcanzar objetivos que apuntan a su mejoría, por lo que las terapias eternas han quedado solo en manos de modelos antiguos y poco efectivos, que distan mucho del tratamiento que buscamos ofrecer. Esto quiere decir, que no pasarás años en un proceso terapéutico, salvo en el tratamiento de algunos trastornos de personalidad que requieren un seguimiento más prolongado, más no eterno. 

Respecto de la debilidad o problemas más profundos, las personas buscan psicoterapia por variadas razones relacionadas con la cotidianidad.  Hay algunas personas que buscan ayuda por una depresión, ansiedad, crisis de pánico, etc., pero también hay otras que buscan ayuda para hacer frente a las transiciones de la vida o a comportamientos problemáticos, como irritabilidad, exaltación, labilidad o bien enfrentar un duelo, adaptarse a las nuevas demandas en su proceso de desarrollo, etc. También hay personas que buscan aprender a gestionar las demandas de su contexto, como por ejemplo problemas en el trabajo, con los nuevos hábitos de los hijos, hacer frente a enfermedades, etc. En resumen, cualquier persona puede beneficiarse de un proceso de psicoterapia para ayudar a resolver los problemas que se encuentre viviendo.

La vida siempre nos presentara desafíos para los cuales no necesariamente estaremos preparados, por lo que deberías considerar una psicoterapia para aliviar el malestar emocional, o bien aprender a gestionarlo, cuando éste interfiere con tu tranquilidad. La psicoterapia está diseñada para entender tus comportamientos, pensamientos y emociones. Si bien uno puede conversar con familiares y amigos respecto de los problemas, un psicólogo está capacitado y entrenado para abordar de un modo diferente tus dificultades, garantizando desde la base de la confidencialidad un espacio para que seas completamente honesto con lo que te ocurre, para así poder identificar los patrones de comportamiento y pensamientos que posibilitaran tu mejoría. 

Recuerda que pedir ayuda es el primer paso para comenzar a sentirte mejor.

¿Qué tipos de Psicoterapia hay?

Existen muchos modelos teóricos con los cuales se sustentan los psicoterapeutas, en este centro nos enfocamos en modelos terapéuticos que buscan promover de forma efectiva y eficiente tu bienestar, por lo que el dialogo siempre será práctico y colaborativo, es decir que el programa de tratamiento avanzará en la medida que paciente y terapeuta trabajan en conjunto.    Más allá de los modelos teóricos existen diferentes tipos de psicoterapia en relación al tipo de consultante: 

Estos diferentes  tipos se deben a que las demandas de cada  sistema es diferente. 

En el caso de niños y adolescentes, se hace necesario tener conocimientos del desarrollo psicológico para conocer las demandas propias de la edad, además del trabajo colaborativo con los cuidadores del niño, comprendiendo que la mayor parte de sus problemas se pueden gestar en las dinámicas familiares.

La psicoterapia de adultos requiere un trabajo colaborativo diferente con el paciente, además de conocimientos de psicopatologías propias del periodo, el cual es considerablemente más extenso. Al ser un periodo que cruza por distintas crisis vitales, sociales y familiares, el psicólogo debe tener conocimientos de ellas para poder abordarlas, así también de las distintas comorbilidades que se pueden presentar.

En el caso de la terapia familiar y de parejas, al tratarse de más de un consultante, resulta imprescindible que el terapeuta tenga conocimientos particulares respecto del movimiento de las dinámicas dentro del sistema familiar ya que en la sesión se buscará que surjan estas para poder trabajar en ellas.

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